Viña Concha y Toro celebra 10 años del Centro de Investigación e Innovación

En este periodo resaltan los avances aplicados con inteligencia artificial y adaptación al cambio climático.

El Centro de Investigación e Innovación (CII) de Viña Concha y Toro celebra su décimo aniversario como referente en la industria vitivinícola global, con un enfoque en la ciencia aplicada, la tecnología y la sostenibilidad.

Este centro fue concebido en 2014 como un espacio abierto al ecosistema de I+D+i, que agrupa a más de 35 investigadores y profesionales, incluidos 9 PhDs, para abordar los retos más complejos y desafiantes de la industria vitivinícola actual y futura.

A lo largo de estos 10 años, el compromiso de la compañía con la innovación ha estado centrado en asegurar la sostenibilidad de nuestros suelos y procesos. “Ante los desafíos que enfrentamos, debemos adaptarnos y evolucionar. Pensando siempre a largo plazo, nuestra industria no puede lograrlo sin innovación. Para Viña Concha y Toro, la innovación es un pilar fundamental de nuestro modelo de negocio, pues entendemos que solo a través de la investigación, la tecnología y la creatividad podremos enfrentar los retos del futuro y seguir liderando la industria del vino de manera sostenible y responsable”, indica Eduardo Guilisasti, Gerente General de Viña Concha y Toro.

El CII ha apostado por la investigación en áreas clave para la industria del vino, como la biotecnología para el desarrollo de plantas 2.0 más resistente, adaptadas y libres de virus; inteligencia artificial para optimizar procesos y potenciar la calidad de los productos de Viña Concha y Toro; y el estudio de las ciencias sociales y del consumidor para comprender mejor las tendencias del mercado y las preferencias de los clientes.

“En estos 10 años, hemos transformado desafíos en oportunidades para seguir liderando la innovación en el sector, siempre con el objetivo de trascender en el nuevo mundo del vino. Estamos convencidos de que la ciencia y la tecnología serán las claves para garantizar un futuro más sostenible, saludable y próspero tanto para el vino como para el planeta”, agrega Álvaro González, Director del CII.

Ubicado en el corazón del Valle del Maule, el CII cuenta con un Laboratorio Agrícola y Enológico, un Laboratorio de Biología Molecular, una Bodega Experimental y un Centro de Extensión. Cada área, que está equipada con tecnología de vanguardia, contribuye al objetivo de lograr que la industria vitivinícola sea más eficaz y competitiva. La inversión anual en I+D de la compañía alcanza los USD$3 millones.

Diez años de innovación aplicada

A lo largo de esta década, el Centro de Investigación e Innovación ha liderado varios proyectos de gran impacto que han marcado un hito en la industria del vino. Algunos de los proyectos más emblemáticos incluyen:

  • App de Riego Inteligente desarrollada por el CII que permite a los viticultores recibir información en tiempo real sobre la evapotranspiración de las hojas, la humedad del suelo y los pronósticos meteorológicos, lo que facilita la toma de decisiones para regar de manera más eficiente. Gracias a esta herramienta, se ha logrado en promedio un 18% de ahorro de agua.
  • Plantas 2.0: A través de innovaciones en biotecnología, el CII ha desarrollado plantas más resilientes que son más longevas y están mejor preparadas para enfrentar los efectos del cambio climático. Este proyecto ha permitido crear vides libres de virus y hongos de la madera, garantizando la salud de los cultivos sin afectar la identidad y la calidad de cada una de las variedades, lo que resulta en una mayor eficiencia y calidad en la producción de vino.
  • Plataformas Digitales y Modelos de IA: El CII ha creado plataformas digitales avanzadas para monitorear parámetros clave del viñedo, combinadas con modelos de inteligencia artificial para tomar mejores decisiones productivas. Estas plataformas proporcionan información en tiempo real utilizando satélites para predecir el volumen de la cosecha y estaciones micrometeorológicas para anticipar la calidad de la uva, mejorando así la precisión en la toma de decisiones y asegurando la calidad del producto final.
  • Vino Diablo: En 2015, el CII comenzó a utilizar capacidades avanzadas de análisis químico-sensorial para medir parámetros clave como los polifenoles y aromas. Con estas nuevas metodologías de análisis sensorial y la investigación del consumidor, nacieron vinos en la categoría de «radical reds», lo que permitió el desarrollo de Vino Diablo. Este vino es un claro ejemplo de cómo la ciencia y la innovación se fusionan para crear productos revolucionarios que son exitosos en los distintos mercados.
Viña Concha y Toro celebra 10 años del Centro de Investigación e Innovación