La compañía y su Centro de Investigación en Innovación trabajan en conjunto desde 2017 para determinar con precisión la demanda hídrica de cada cuartel, lo que ha traído ahorros de hasta 25% en la cantidad de agua usada.

Viña Concha y Toro, en conjunto con su Centro de Investigación e Innovación (CII), se están anticipando para encontrar  soluciones y adaptarse a los efectos del cambio climático en los viñedos. 

Hace tres años se dio inicio a un nuevo proyecto de eficiencia hídrica, el cual consiste en implementar un sistema de gestión de riego basado en el desarrollo de curvas de coeficiente de cultivo (Kc) en diferentes campos de la compañía, lo que en conjunto con el análisis de información meteorológica, permite calcular la demanda de agua específica para cada cuartel. 

Sebastián Vargas, Ingeniero de Proyectos del CII, explica: “Hoy en día estamos haciendo algo impresionante que antes solo estaba reservado para la academia. Actualmente estamos determinando la demanda hídrica de nuestros viñedos a través de curvas de Kc calculadas específicamente para las condiciones de manejo de los viñedos de Viña Concha y Toro”. 

Este plan de eficiencia hídrica se encuentra en su tercera etapa y ha permitido a la fecha aumentar de 35 a 250 las hectáreas que cuentan con riego basado en curvas de coeficiente de cultivo, lo que además ha llevado a ahorros de un 25% en la cantidad de agua usada, que se traducen en 500 a 1.000 m3 por hectárea, lo que equivale al consumo promedio de agua de 11 a 23 personas en un año (120 litros/día) por cada hectárea que sumemos a esta iniciativa. Llegando potencialmente a 110.000 habitantes si podemos seguir escalando esta tecnología en nuestros viñedos.

“El aporte es evidente, ya que el ahorro de este recurso permite generar ahorros económicos y también ayuda a consolidar la capacidad de entender el rol del riego sobre la producción de uvas para vinos, sus efectos sobre la calidad y productividad”, agrega Sebastián.